17 mayo, 2025

EL 48.8% DE LAS MUJERES GUATEMALTECAS HA SUFRIDO VIOLENCIA

El 48.8% de las mujeres guatemaltecas ha experimentado al menos un tipo de violencia a lo largo de su vida, según la Encuesta Nacional de Calidad y Bienestar de los Hogares (ENCABIH). Este alarmante dato pone de manifiesto la persistente crisis de violencia de género en el país, con impactos en la salud, el bienestar y la seguridad de las mujeres.

Imagen creada con IA

La Encuesta presentada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) 2024, revela una realidad desgarradora para las mujeres en Guatemala. De acuerdo con los datos, el 48.8% de las mujeres guatemaltecas ha sufrido algún tipo de violencia, lo que incluye violencia física, psicológica, económica y sexual. En detalle, el 34.5% ha sido víctima de violencia sexual, el 31.7% ha sufrido violencia psicológica, el 18.1% ha experimentado violencia física y el 14.9% ha padecido violencia económica.

Además, se muestra que la prevalencia de la violencia es significativamente mayor en áreas urbanas (55.2%) en comparación con las rurales (40.5%). Los departamentos con mayor incidencia de violencia contra la mujer son Guatemala (67.4%) y Escuintla (56.8%), lo que resalta una desigualdad geográfica en la distribución de estos casos.

Los datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) también reflejan una creciente preocupación, con 6,469 mujeres atendidas por violencia sexual y 19,023 por agresiones físicas en 2024. Asimismo, el Ministerio Público (MP) reportó un total de 51,659 denuncias por violencia contra la mujer, lo que representa un aumento del 15% en comparación en años anteriores, subrayando la gravedad de la situación.

El 48.8% de las mujeres guatemaltecas que han sufrido violencia no solo refleja una violación masiva de derechos humanos, sino también una crisis social y de salud pública. Con una prevalencia tan alta, es importante que el gobierno, las instituciones y la sociedad civil unan esfuerzos para erradicar la violencia de género en el país. Además, es crucial que se fortalezcan las políticas públicas, se ofrezca apoyo psicológico y legal a las víctimas, y se fomente una cultura de denuncia y respeto hacia los derechos de las mujeres. Mientras tanto, los datos continúan evidenciando una necesidad urgente de acción ante esta alarmante problemática.